Phill Driscoll creció dentro de una familia cristiana y musical, pronto se dieron cuenta de sus dotes para tocar la trompeta. En los años 70 él ya viajaba y tocaba con músicos  importantes de la talla de Joe Cocker, así como con la orquesta Filarmónica de Londres.
Almacenó fama y fortuna, pero también se encontró cada vez más implicado en el uso de las drogas. En 1977 él regreso como pródigo a Dios, dando desde ese momento un vuelco a su trayectoria musical y poniendo todo su talento musical a fomentar la fe cristiana.

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